Desde el lejano ricón de mis pensamientos,
extraño en esta tarde tus brazos cálidos,
no hay razón para mentir pues aunque dije que no,
tristemente me doy cuenta de esto que siento por ti;
aun no ha muerto...
Extraño lo poco que me dabas
porque sin lugar a dudas era suficiente
al menos para encender una chispa de cariño
mas cual avaro humano te perdí por el simple hecho de querer mas,
y es que, ¿quien no ha soñado con ser rico alguna vez?
Con miedo tus zapatillas de ballet me observan
como si les reprochara tu ausencia
como si les doliera tu olvido, pero no tanto como a mi
la casa entera da vueltas cuando pienso en mi soledad
no tengo ni la mas mínima idea si volverás
Si vuelves, no lo dudes, toca la puerta
y sin dudarlo arrójate a mis brazos
di que lo entiendes y di que me quieres
di que la vida sin mi es un infierno
tanto como este de aqu-i...
Abrázame fuerte y déjame seguir con el sueño
déjame ser de tus ojos el dueño
solo se mi amada... y...
y di que estoy loco,
que la locura es por ti...
Daniel Castro Soler
