El tejo es el árbol
sagrado del druidismo y muchos objetos de culto eran fabricados con madera de
tejo, ya fueran tablillas de maldición o
la famosa vara druida.
Son más característicos en nuestra región los tejos plantados delante
de las iglesias rurales, lo cual las reviste de mayor misterio, construidas en
lugares donde se reunían las personas para representar sus creencias y tradiciones más trascendentales, por lo que
esos tejos son, en muchos casos, anteriores a las iglesias.
El tejo es un árbol
mágico para los asturianos desde épocas prehistóricas,
cuando los astures utilizaban sus hojas para envenenarse y evitar de esta forma
la esclavitud, ya que poseen un alcaloide llamado taxina, que tiene una gran
toxicidad
Según relataba el
historiador romano Floro hace 20 siglos:
“Cuando los barbaros se ven reducidos a extrema necesidad, en medio de un
festín, se dan muerte con el fuego, la espada y el veneno que allí acostumbran
a extraer de los tejos. Así la mayor parte se libró de la cautividad que
parecía más dura que la muerte a quienes hasta entonces no habían sido
sojuzgados”
Posteriormente
el tejo aparece como elemento importante en los escenarios mágicos descritos en
numerosos textos mitológicos asturianos.
El tejo es un
árbol de talla mediana hasta veinte metros de altura, de un color pardo grisáceo
que suele tener ramas casi a ras del suelo, largo y cubierto de hojas finas,
que le dan un aspecto algo descuidado y fantasmal.
Es una especie protegida en todo el territorio asturiano